Llegué aquí, a esta casa llena de luz, rodeada de naturaleza y vida. Una familia que es única, como cada una en este Planeta Tierra.
Tienen sus códigos y mucha vida ya compartida. Observo pequeños gestos que transforman días comunes en días increíbles, veo una caricia en el pelo, un abrazo de entrega y una contención única. Son esas pequeñas y grandes cosas que atravesaran los años y siempre quedaran guardados en lo más profundo de sus corazones. Parecían acciones sacadas de una película de amor incondicional que sin duda tenía que capturar.
Si en dos años volviera a esta hogar a retratar su día a día, probablemente hayan cambiado muchas cosas, el pequeño Sun habrá crecido y la pequeña Esme quizá ya no quiera enseñarme sus volteretas encima de la cama, pero estoy segura que el amor incondicional va a seguir siendo el mismo, incluso hasta más. grande!
“El hogar no es un lugar, es una sensación de pertenencia y amor que compartimos con nuestra familia”. – Dory en “Buscando a Dory”
Todas mis sesiones son diferentes a otras, son autenticas, porque mantengo la esencia de cada familia y porque me gusta pensar que son fragmentos sacados de películas.